En origen, el té blanco procedía de la zona montañosa del Fujian, en china. La elaboración del té blanco fue durante muchos siglos secreto de uso exclusivo para el emperador y sus parientes cercanos. Decan que beber de él les acercaba a la inmortalidad.
El té blanco, realmente proviene de los brotes de té verde, antes de que se abran. Los brotes son de color verde y están recubiertos por una capa de vello blanco, de ahí el nombre de té blanco.
Los brotes se recogen y se dejan secar al aire libre para evaporar el agua y mantener así sus propiedades.
Propiedades
- Contiene una gran cantidad de antioxidantes ya que contiene tres veces más polifenoles que el té verde.
- Su alto contenido en fluor previene las caries.
- Combate la fatiga física y mental, aumentando también la capacidad de concentración.
- Tiene la mitad de cafeína que el té verde
- Es un diuretico suave.
- Reduce la cantidad de colesterol y de trigliceridos en sangre.
Preparación
Para preparar una infusión de té blanco, se calienta el té blanco en la tetera hasta alcanzar unos 80ºC (sin llegar a hervir el té) y dejar reposar al gusto.
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